domingo, 14 de septiembre de 2008

17



Se equivocó un par de veces, pero al final encontró el callejón. La máquina seguía esperando bajo las montañas de basura y papel de reciclaje que había usado para ocultarla. Al abrir la puerta, la pantalla volvió a encenderse. “Dimensión 0”.
-¿Sí? Ya veremos.
Empezó a desencajar las primeras piezas. Tenía que sacar prácticamente todo el revestimiento del salpicadero para encontrar todos los indicadores. Las primeras piezas salieron facilmente, pero las siguientes necesitaban el uso de un destornillador. No era un problema, Cruz había traído uno para situaciones como esta. Le estaba gustando desmontar el salpicadero, le ayudaba a lejar de su mente el recuerdo de lo que había visto en el parque... Y de lo que había hecho él después. El ultimo pedazo de revestimiento rodó por la montañita de había ido lanzando a la calle por encima del hombro.
Cruz miró el contador analógico. Era como un cuentakilómetros.
“Dimensión:
000000000”
-Era evidente.
Se sentó, deprimido. Su primer viaje habría tenido que ser una incursión gloriosa a un nuevo mundo, una visita fugaz a otra dimensión para demostrar que tenía razón y para prepararse para una exploracióna largo plazo ya con inversiones de grupos privados o gobiernos... Tenía algunos amigos tan cercanos como el periodista, pero había decidido invitarle a él, al que escribía en los periódicos a diario... A nivel subconsciente, estaba claro que lo que quería era fama. O al menos, la aprobación del mundo científico. Como odiaba psicoanalizarse, no fue más allá.
Al menos, se le había pasado la urgencia de marcharse a otra dimensión. Si en caliente le daba igual ir a parar a un mundo peligroso, pensandolo con más calma, en la dimensión 7 le había ido de un pelo que no se lo comiesen, incluso teniendo en cuenta la aparición del arquero, y en la dimensión Western se le había caído un saloon en llamas a la cabeza. El mundo Porno parecía ser más tranquilo, incluso con esas extrañas alucinaciones y los fetiches y perversiones repugnantes. Además, desmontar el salpicadero le había dado una idea... No encontraba tiendas de electrónica ni nada por el estilo... Pero sí que había visto aparatos electronicos variados. Así que lo que haría sería abrirlos para poder usar sus componentes. Pero eso sería otro día, se había pasado el día corriendo arriba y abajo y lo que le convenía era dormir un rato. Miró al maletero. A un lado, algunas provisiones, un poco removidas por las sacudidas del viaje interdimensional, y la tienda de campaña plegable, que se había desenrollado un poco. Al otro, más provisiones desordenadas, algunas municiones, el botiquín y el viejo traje de astronauta de la antigua Unión Sovietica, con una bombona de oxígeno lista para usarse. Dormiría en la máquina, no se fiaba del exterior como para montar la tienda, pero sí que cogería el pequeño saco de emergencia que guardaba dentro. Al coger la cinta qe mantenía el saco enrollado, que se había soltado bastante, una mano le agarró firmemente la muñeca.

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