domingo, 14 de septiembre de 2008

57



-Verás, -dijo el Pensador- como ya llevamos cuatro días de camino, probablemente estemos a punto de llegar.
-¿A dónde?
El Pensador cerró los ojos, comunicandose telepáticamente con el Pipa conductor. Cuando hubo acabado, tendió el dedo blanquecino y surcado de pequeños capilares azules hacia el horizonte, donde se veían unas pocas nubes blancas.
-Al anochecer llegaremos a otro Reino.
-¿Allí es donde me llevas?
-No, se trata solo de la primera parada de nuestro viaje. El Reino al que vamos es de tamaño parecido a nuestro Reino, y sólo mantenemos con él relaciones ocasionales. Por eso, llevamos algunos Personajes Potentes como ofrenda de paz.
-¿Personajes potentes?
-Servirán para alimentar a su Rey y para demostrar que no venimos con intención de robarles Personajes.
-Ah...
-Es más, cuando lleguemos, llamaré mentalmente para que vengan a recibirnos. Deberás esconderte en el carro.
-¿Qué? ¿Por qué?
-Si te vieran podrían pensar tres cosas: La primera, que eres un Pipa transformado. Pero sería muy raro, y eso les haría sospechar... Podrían atacarnos antes de que pudieramos decir nada.
-Oh.
-La siguiente opción es que entiendan que eres un Perdido... y si intuyen que eres un Perdido Primigenio, podrían arriesgarse a robarte por la fuerza, matándonos a nosotros.
-¿Y no podrían hacer eso igualmente, para robar los personajes?
-No vale la pena enfrentarse a dos Pipas por unos cuantos Personajes. Y en la mayoría de los Reinos, tampoco por un Perdido. Pero sí por un Perdido Primigenio.
-¿Y cual es la tercera opción?
-Podrían pensar que yo... -Se estremeció con asco, cerrando fuertemente los ojos- ... Que comparto asiento con un Personaje. Primero me matarían a mí y luego irían a destruir nuestro Reino, por si este comportamiento tan desagradable y antinatural fuese allí normal. Y daría lo mismo que pudieran destruirlo como que no tuvieran suficiente poder. Irían a ello y avisarían a los reinos circundantes, para que se unieran a ellos. Al final, aunque les costase cientos de muertes, vencerían.
-Vaya... Quizás sí que es mejor que me esconda...

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