domingo, 14 de septiembre de 2008

72



El Pensador saltó de su asiento, aterrizando con el humedo sonido de sus pies blandos y descalzos.
-¡Por fin, Esteban, has recordado!
Le agarró de las manos, dispuesto a enseñarle como su piel ya estaba adquiriendo el aspecto surcado de vasos sanguíenos propio de los pensadores cuando Pan lo interrumpió.
-No ha recordado nada. Sólo ha entendido las cosas que había visto en la ciudad.
-¿Qué?
-Sigue sin ser un pensador.
El cabezudo volvió sus pequeños y verdes ojos hacia los de Cruz, que asintió con la cabeza, apenado realmente por haber dado falsas esperanzas a su, de alguna manera, cudiador y mentor.
-¡Maldita sea! -el pensador se dio la vuelta, enfurruñado- ¡Creía que ya estaba!
Cruz se alzó, para consolar a su amigo cabezón.
-Lo siento mucho, de verdad. Pero ya te he dicho muchas veces que no soy un Perdido...
-¡Silencio, testarudo! -le gritó con su voz de niña contrariada mientras le volvía a dar la espalda.
-De veras que lo siento... Pero hay algo que no entiendo... ¿Por qué esta obsesión por hacerme recordar?
El Pensador se volvió para dedicarle una versión furibunda de la mirada que acostumbraba a dedicarle cuando demostraba que no recordaba nada.
-Te acabo de contar que las historias son básicas para los Reinos. Llegó un momento que un Reino aplastó a todos los demás gracias a su poderoso ejército... Un ejército posible solo gracias a la gran capacidad de generación de energía. Y esta capacidad se debía a que la Reina ya no daba a luz a Primigenios sino a Pipas y el Pensador perfectamente formados, tal como son ahora.
-N-no entiendo qué... -Cruz casi tenía miedo de ese Pensador tan alterado.
-Todos el Pensador que existen en la actualidad provienen de las Reinas engendradas por esta Reina superviviente... Y todas las historias que son capaces de inventar derivan de las que podían inventar sus el Pensador. Pero todas las de el Pensador Primigenio se perdieron...
-O sea que...
-¡No me interrumpas, Esteban! ¡Cuando encontramos a un Perdido normal y le hacemos recordar, podemos conseguir nuevas historias, las propias del Reino al que había pertenecido! Pero... son todas relativamente parecidas... ¡Si, en cambio, un Reino puede recuperar a un Perdido Primigenio, puede conseguir historias que no tengan nada que ver con las existentes, de antes de que el Pensador fuese como ahora! Y cuantas más historias para los Personajes, más energía podremos conseguir con el Polvo.
El Pensador resoplaba, y sus fosas nasales se abrían violentamente. El aire entraba y salía con tanta fuerza que un fino hilo de moco translúcido goteaba a ritmo de fuelle hasta tocar el suelo.
-Vete a dormir, Esteban. -El Pensador condicionó su mente para que Cruz estuviera muy cansado- Mañana nos pondremos en marcha. Es el último plan que me queda para hacerte recuperar la memoria.
El viajero dimensional fue conducido suavemente por Pan hasta el cuarto, porque sabía que no tardaría a sucumbir al influjo mental de el Pensador. Tumbado, murmuraba.
-Pero... no me has contado... lo que hacía el Pipa de fuera...
Cayó dormido y Pan lo tapó.
-Tan poca es su recuperación de la naturaleza de Pensador que sigue siendo tremendamente vulnerable a la sugestión mental... -pensó el Pensador, no se sabe si para sí mismo, para el Pipa, al que había dado permiso para volver al salón, o para Pan.

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